Las fechas festivas son momentos especiales que transforman la vida de los pueblos, llenándolos de vida, turistas y visitantes. Estas celebraciones que estamos viviendo en estos momentos generan un impacto significativo en la dinámica y economía local, pero hay un factor que va más allá.
Si eres un afortunado y tienes pueblo, sabes que los veranos son la mejor época del año: puede que no tengas los festivales de música más top, ni las tiendas de moda donde disfrutar de una tarde de compras, pero sabes perfectamente que tienes las mejores fiestas patronales de todos tus amigos.
La verbena, el ambiente, la comida… Muchas veces las fiestas patronales no tienen nada que envidiar a un buen festival de música. Esas pequeñas grandes cosas de una buena fiesta patronal que todo el que ha vuelto al pueblo en verano ha vivido y disfrutado tienen un valor incalculable.
Las fiestas
Las grandes ciudades tienen las mejores discotecas del mundo, con un ambiente increíble, mucha gente, la música más de moda, e incluso alguna actuación estelar. Sin embargo, si le preguntas a cualquiera, un fin de semana de fiestas de pueblo será la opción que más votos reciba.
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Vale que el cabeza de cartel no será David Guetta, pero sí tendrás en la fiesta patronal tu buena orquesta que tocará los grandes clásicos de toda la vida: ‘Paquito el Chocolatero’, ‘I Will Survive’ o ‘Como Una Ola’. Y las cantas como si fuesen la banda sonora de tu vida.
Para los artistas son muchas horas seguidas cantando, por lo que en mitad de la velada, se suele hacer un descanso, que se aprovecha para una partida de bingo. La música se acaba, el camión se marcha, la feria en la que no te has llevado ni el perrito piloto se cierra. Pero el día no se acaba.
Es el momento de ir a las peñas, para continuar los valientes que siguen en pie. En algunos, se debe aguantar un poco más porque toca acompañar a las dianas, que es una experiencia parecida a la de la charanga y consiste en marchar junto a la banda del pueblo a una hora temprana despertando y pidiendo dinero por las casas.
Pone en valor lo que más escucha
Durante el día, las actividades culturales se suceden. Cucaña, torneos de mus, tute, brisca y dominó e incluso eventos deportivos, a los que no se suele llegar en la mejor condición física. En todos esos momentos, este joven de un pueblo de Soria ha escuchado una palabra que quiso poner en valor en este vídeo.
Y así un día tras otro hasta el domingo, que suele ser el día en que las fiestas tocan a su fin. Un círculo vicioso de comer-beber-fiesta que parece que no va a acabar nunca. Y es que hay gente que lo alarga recorriéndose los pueblos de alrededor en una maratón veraniega conocida como interpueblos.